domingo, 14 de abril de 2013

Buscando la Paz

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Una de las pretensiones más grandes de los colombianos es la paz, es un deseo que a pesar de la cruda realidad, de lo imposible que parece en ocasiones,  no muere, mantiene la esperanza de que algún día llegara. Y es que ya hemos vivido en guerra por más de cuatro décadas. Han sido años de absoluta tristeza, desolación y temor, años en los que aprendimos a ponernos una máscara y seguimos adelante, tanto así que en varias ocasiones hemos sido catalogados como el país más feliz del mundo. Y es que muy a pesar de las muertes, robos, violaciones y otras tantas perversiones que vemos y oímos diariamente en los noticieros, nos logramos emocionar sobremanera cuando por ejemplo nuestra selección de fútbol gana un partido, cuando un (a) compatriota triunfa en el exterior, ya sea deportiva, musical, cultural o científicamente,  por un momento el orgullo de sabernos hermanos de patria de ese luchador (a) o de ese grupo de hombres y mujeres que también con mucho orgullo representan nuestro país, no llena de un sentimiento patrio, de un orgullo inmenso que por un momento opaca las penas, pinta la realidad de otro color y nos hace sentir que vivimos y somos del mejor país del mundo.

Muchos dirán, "es pueblo ignorante, que permite que un suceso oculte la verdadera realidad", pero a mi parecer es más bien un pueblo cansado, que necesita conocer la verdad, pero que necesita también disfrutar, saltar, gritar, un pueblo que no se puede quedar llorando sobre su realidad, tiene que salir a luchar diariamente enfocado en conseguir un futuro mas prospero, entonces porque negarse el placer de disfrutar con los triunfos y logros de sus paisanos.

No se trata de olvidar la realidad y hacerse los de la vista gorda, se trata de ser conscientes,  reflexivos y analíticos, pero seguir viviendo y sintiendo y gozando. Y a partir de ese cumulo de vivencias aprender a compartir con los demás el dolor y la alegría, aprender a perdonar la ofensa, pero sobretodo aprender a no ofender. Más que ser unos críticos permanentes de la sociedad, debemos convertirnos en participes del cambio, en los promotores más leales de la paz, no se trata solo de criticar y decir que todo esta mal, sino de proponer ideas para alterar esa realidad violenta y amarga, se trata de actuar.

Lo que propongo, es un colombiano que sea capaz de disfrutar y gozarse la vida, y a la vez, sea consiente que el también hace parte del cambio, que celebre, pero que no se olvide que todos tenemos la obligación de contribuir con la paz, que no se llene de una pasión ciega y absurda, al nivel de considerar enemigo a un compatriota tan solo por el hecho de ser hincha del equipo rival, que se goce la vida y que disfrute los triunfos de su equipo, pero con el respeto que todos merecen. 

La paz no es una utopía, es tan real que la puedes sentir al cerrar los ojos y respirar profundamente, lo que debemos llegar a lograr es sentir esa paz ya no tan solo por unos segundos, sino, que se convierta en nuestra realidad permanente, pero depende de nosotros, somos nosotros los que construimos esa paz, los actos mas insignificantes de paciencia y comprensión con nuestro prójimo, son los actos que repetidos millones de veces por cada compatriota lograran hacer de nuestra Colombia un país en paz, orgulloso y feliz.

La invitación entonces a que seguimos siendo felices, que nos gocemos la vida, que seamos conscientes de nuestra realidad y nuestro entorno, y que a partir de ese conocimiento emprendamos acciones que permitan cambiar el color gris de la vida de muchos de nuestros hermanos, por una vida en paz, y multicolor.

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